El gran discípulo de Platón, maestro él mismo, y Philosophus por excelencia para Santo Tomás, ha explicado el modo de aprender la ciencia en los primeros párrafos de la Física. Aristóteles introduce en este texto una distinción que aparecerá repetidamente en las obras escolásticas: lo conocible para nosotros [quoad nos] y lo conocible en sí mismo [quoad se]. Según Aristóteles, el aprendizaje de la ciencia debe discurrir desde los fenómenos a los principios: desde lo que conocemos con facilidad por los sentidos (quoad nos) a la naturaleza de las cosas de suyo (quoad se). Leamos este texto capital:
"La vía natural [para investigar los principios, causas y elementos de las cosas] consiste en ir desde lo que es más cognoscible y más claro para nosotros hacia lo que es más claro y más cognoscible por naturaleza; porque lo cognoscible con respecto a nosotros no es lo mismo que lo cognoscible en sentido absoluto. Por eso tenemos que proceder de esta manera: desde lo que es menos claro por naturaleza, pero más claro para nosotros, a lo que es más claro y cognoscible por naturaleza. Las cosas que inicialmente nos son claras y evidentes son más bien confusas; sólo después, cuando las analizamos, llegan a sernos conocidos sus elementos y sus principios. Por ello tenemos que proceder desde las cosas en su conjunto a sus constituyentes particulares; porque un todo es más cognoscible para la sensación, y la cosa en su conjunto es de alguna manera un todo, ya que la cosa en su conjunto comprende una multiplicidad de partes."
Se discute si Aristóteles se separa de su maestro Platón en el orden que debe seguirse en el estudio de la ciencia. Después de haber leído la digresión filosófica de la Carta VII platónica, pensamos que no. Es un prejuicio creer que maestro y discípulo sostuviesen tesis opuestas en todas las cuestiones, y por tanto también sobre la vía que se sigue para conocer. Aquí Aristóteles dice lo mismo: se adquieren las ideas tratando con las cosas. También Platón creía que la intuición de las ideas, como en una iluminación, sólo ocurre después de largo trato con las percepciones e imágenes de las cosas, y de la construcción de sus conceptos y definiciones.
En las próximas entradas de este parvulario, razonaremos que el aprendizaje de las ciencias deben seguir los caminos sugeridos por estos dos filósofos griegos: desde las cosas a los principios. En este aspecto también es deudor, de manera manifiesta, nuestro Santo Tomás. Pero antes, quid de inutilitate?
[La traducción del texto de la Física, libro I, 184a-b, es de Guillermo R. de Echandía].
"La vía natural [para investigar los principios, causas y elementos de las cosas] consiste en ir desde lo que es más cognoscible y más claro para nosotros hacia lo que es más claro y más cognoscible por naturaleza; porque lo cognoscible con respecto a nosotros no es lo mismo que lo cognoscible en sentido absoluto. Por eso tenemos que proceder de esta manera: desde lo que es menos claro por naturaleza, pero más claro para nosotros, a lo que es más claro y cognoscible por naturaleza. Las cosas que inicialmente nos son claras y evidentes son más bien confusas; sólo después, cuando las analizamos, llegan a sernos conocidos sus elementos y sus principios. Por ello tenemos que proceder desde las cosas en su conjunto a sus constituyentes particulares; porque un todo es más cognoscible para la sensación, y la cosa en su conjunto es de alguna manera un todo, ya que la cosa en su conjunto comprende una multiplicidad de partes."
Se discute si Aristóteles se separa de su maestro Platón en el orden que debe seguirse en el estudio de la ciencia. Después de haber leído la digresión filosófica de la Carta VII platónica, pensamos que no. Es un prejuicio creer que maestro y discípulo sostuviesen tesis opuestas en todas las cuestiones, y por tanto también sobre la vía que se sigue para conocer. Aquí Aristóteles dice lo mismo: se adquieren las ideas tratando con las cosas. También Platón creía que la intuición de las ideas, como en una iluminación, sólo ocurre después de largo trato con las percepciones e imágenes de las cosas, y de la construcción de sus conceptos y definiciones.
En las próximas entradas de este parvulario, razonaremos que el aprendizaje de las ciencias deben seguir los caminos sugeridos por estos dos filósofos griegos: desde las cosas a los principios. En este aspecto también es deudor, de manera manifiesta, nuestro Santo Tomás. Pero antes, quid de inutilitate?
[La traducción del texto de la Física, libro I, 184a-b, es de Guillermo R. de Echandía].
2 comentarios:
Pues esto de Aristóteles contradice el principio de que las tesis y los libros se empiezan a escribir por las conclusiones.
Eso es cierto. No sabríamos qué estudiar si no supiéramos más o menos el final del estudio. Pero ese final (que es un "principio") ha debido adquirirse de algún modo. Aunque no es raro que las conclusiones (hipótesis en los inicios) deban irse corrigiendo sobre la marcha del estudio.
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