21/4/08

Maestro en el arte de pensar

Pablo VI nos recomienda a Santo Tomás como maestro en el arte de pensar, según le llamaba. La altura magisterial del Aquinate es manifiesta a quien se acerca a leer la Suma Teológica, que se presenta a la vista como una ferrea sucesión de preguntas, discusiones, argumentos y objeciones, en la que la monotonía estructural permite entrar con seguridad en la discusión de fondo.

Santo Tomás es maestro por el uso riguroso de la inferencia, y en el descubrimiento, en cada asunto, del mejor argumento, apoyándose muchas veces en la Escritura, o en los Padres, los filósofos antiguos y contemporáneos, o tan sólo en el puro razonamiento lógico.

De esta manera sintetiza Pablo VI las virtudes de Santo Tomás como maestro de pensamiento:

"Desgraciadamente hay muchas doctrinas y sistemas modernos radicalmente irreconciliables con la fe y la teología cristianas. Sin embargo, Santo Tomás enseña cómo, incluso en este caso, dichos sistemas pueden proporcionar, ya aportaciones particulares útiles para el perfeccionamiento y desarrollo constantes de la doctrina tradicional, ya al menos estímulos para reflexionar sobre puntos antes ignorados o insuficientemente explicados.

"El método seguido por Santo Tomás en este trabajo de confrontación y asimilación puede servir también de ejemplo a los estudiosos de nuestro tiempo. En efecto, se sabe que entablaba con todos los pensadores del pasado y de su tiempo —cristianos y no cristianos— una especie de diálogo intelectual. Estudiaba sus sentencias, opiniones, dudas y dificultades, intentando comprender su íntima raíz ideológica y no pocas veces sus condicionamientos socio–culturales. Luego, exponía su pensamiento, especialmente en las
Quaestiones y en las Summae. No se trataba sólo de un inventario de dificultades que había que resolver o de objeciones que había que refutar, sino de un planteamiento dialéctico del procedimiento, que lo impulsaba a la búsqueda y a la elaboración de tesis seguras sobre los puntos que eran objeto de reflexión o de discusión...

"Por este camino Santo Tomás llegó a una síntesis grandiosa y armónica del pensamiento, de valor verdaderamente universal, en virtud de la cual es maestro también en nuestro tiempo."

(Lumen Ecclesiae, nn. 18-19).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días, acabo de descubrir el "parvulario". Me ha parecido una buena idea, aunque habrá que esperar a ver cómo se despliega. Lo que no me queda claro es ¿qué se espera de los participantes?

Encuentro la presentación agradable y los enlaces útiles (algunos ya los conocía).

Un saludo y adelante.

Joaquín dijo...

Bienvenido (¿o bienvenida?). Planteas dos cuestiones muy oportunas.

1. A ver cómo se despliega. Pues sí, la tarea es demoledora, si queremos recorrer en su plenitud la Suma Teológica. Tan sólo la primera parte (digamos la parte "teórica"), tiene 119 preguntas (o capítulos), cada uno con un número variable de artículos o apartados (entre 1 y 16, el más extenso el dedicado a la 'scientia Dei'). Sin embargo, el responsable de este blog no tiene prisa ni se ha marcado otro objetivo más que comenzar a leer tranquilamente.

2. ¿Qué se espera de los participantes? Bien, el canal de participación son los comentarios. Sólo censuro los comentarios insultantes o destructivos. Están pensados para que el propietario del blog reciba el "feed-back" de sus anotaciones, y corrija el rumbo, el enfoque, posibles errores de lectura, interpretación o traducción... Reconozco que los lectores del blog ocupan una posición distinta del propietario (uno dirige los temas, y los otros comentan). Parece que la iniciativa corresponde a una sóla parte. Bien, es la servidumbre de los blogs. De hecho, yo he abierto un blog como éste para tener la iniciativa. En cualquier caso, y desde mi punto de vista de 'blogger', lo más enriquecedor de un blog son los comentarios de sus lectores, así que animo a comentar libremente (siempre constructivamente, sin insultos).

Gracias por tu participación.

Morgenrot dijo...

Loable y sabia la actitud del Santo.

No rechaza de plano y a priori lo que en contradicción esté con su fe, sino al contrario, lo estudiaba, analizaba y algo válido obtenía.

Denota inteligencia y humildad,así como amor fraterno dicha actitud, que le permitía llegar a alcanzar premisas ciertas de cualquier género filosófico.

Sabio y cristiano, sí.

Este modus actuandi lo deberíamos emplear siempre, de todos y de todo, se aprende.