7/5/08

Dos maneras de estudiar a Santo Tomás (2)

Maritain nos propone dos maneras de estudiar a Santo Tomás: una, que hemos visto, estéril, que consiste en medir a Santo Tomás por los filósofos que le precedieron y le han seguido. La otra, fructífera para nosotros, es medirnos personalmente con Santo Tomás en sus escritos, entablando una relación estrecha con el Maestro:

"La otra manera de estudiarlo consiste en enfrentarse verdaderamente a Santo Tomás cara a cara, como dos personas vivas, una que recibe y otra que ofrece; una que es enseñada e iluminada, y otra que forma e ilumina. De esta manera Santo Tomás nos enseñará a pensar y a observar, para que progresemos bajo su guía en la conquista de la inteligencia y de la vida buena. Este método es bueno y fructífero, porque dispone al alma en la verdad de su condición, para guiarla a la verdad de las cosas. Si seguimos este método con fidelidad, desarrollaremos un amor profundo al pensamiento vivificante de Santo Tomás y al mismo texto, superior a cualquier comentario, que nos transmite este pensamiento con maravillosa limpidez y con la gracia especial de su luz y simplicidad."

Propuesta que nos recuerda aquellos versos de Quevedo sobre la vida retirada y los libros:

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Acometamos la tarea de leer a Santo Tomás, confiando que sus páginas logran transmitirnos enteramente su magisterio vivo.

12 comentarios:

Ignacio dijo...

La relación mentor discípulo es la ideal para aprender; pero en este caso la guia y la pauta son necesarias; y desde luego mejor las fuentes que los referenciales.

Joaquín dijo...

En cierta manera, Ignacio, si tuviese que ser yo enteramente coherente con lo que nos pide Maritain, tendría que decir: "señores, cierro el blog; lean ustedes directamente a Santo Tomás...".

Pero la lectura fecunda nunca es la solipsista.

Morgenrot dijo...

Prefiero enfrentarme cara a cara con Santo Tomás, como humildísma discípula y dejándome llevar por quién hace de guía.

El blog es, bajo mi punto de vista, una idea magnífica y un árduo trabajo del autor. Sin olvidarnos de lo comentaristas.

Me olvido de Kant y de los antiguos , me centraré en el Santo.

Ignacio dijo...

Tu , aquí eres necesario: ni se te ocurra huir

Joaquín dijo...

Hay que fiarse más de Santo Tomás que de mí: amicus Plato, sed magis amica veritas. Por eso os invito a me corrijáis si soy infiel al Santo (pero todavía andamos por los prolegómenos).

Emilio Cervantes dijo...

Ea, pues, comencemos, o....según la poesía de Quevedo al final de esta entrada: Música, Maestro!

Joaquín dijo...

¡Aún no, Emilio! Todavía reservo unas cuatro entradas en torno a la metafísica (ya estoy anunciando el asunto), a manera de 'entrante' en materia.

(Tengo también que hacer algún comentario sobre biología, y nueva biología, a propósito de un estupendo librito...).

Jorge P dijo...

Con permiso del personal, me incorporo al auditorio como párvulo sediento de tomismo. Lo único que, siendo de la triste generación logse, el latín para rezar y poco más, así que me conformaré con el español.

Genial el blog, ¿eh? ya hice los deberes y me he puesto al día.

Joaquín dijo...

Nada, nada, Jorge, como decía un viejo profesor mío, para estudiar esta asignatura ya es bastante con el castellano de Santa Teresa... ¡Siempre adelante!

párvulo dijo...

Buenos días: siguiendo indicación de Joaquín paso a adoptar el apodo obvio de "párvulo" que me distinga de otros anónimos, principiantes como yo.

Ya que faltan unas cuantas entradas para empezar la lectura, y como cité el otro día las "Lecciones preliminares" de García Morente, quisiera saber la opinión de alguno de ustedes respecto a los "Fundamentos de Filosofía" de Antonio Millán-Puelles y lo adecuado que sea para familiarizarme con el vocabulario y los conceptos.

Saludos.

Joaquín dijo...

Gracias, Párvulo. Tu pregunta es oportuna porque, si no me equivoco, Millán-Puelles seguía la tradición aristotélico-tomista.

Veamos que pueden comentar otros amigos, ya que por mi parte no he leído ninguna obra de Antonio Millán-Puelles.

Tumbaíto dijo...

¿Y aquí cuando se habla de Santo Tomás?